Albert
Camus recordaba que “adquirimos
la costumbre de vivir antes que la de pensar”.
Algunas/os periodistas han hecho de su forma de vivir un oficio para
no
pensar. En la mañana del miércoles, 12 de noviembre, la conductora
de “Hoy por Hoy” y periodista de la SER, Pepa
Bueno, entrevistó
al portavoz de IU en el Ayuntamiento de Madrid y adversario a batir
por algunos dirigentes federales de IU, Ángel
Pérez. No escapó
Pepa Bueno, en su vulgar interrogatorio, al ya conocido sambenito de
todos son iguales,
pretendiendo situar
a Pérez en el mismo podium
de los responsables
de la corrupción de los partidos mayoritarios. Pinchó
en hueso.
Al
recurso de una manera de vivir, Pérez respondió con la
reivindicación de una forma de pensar.
Conscientes de que en el debate político, algunos informadores/as,
debidamente inspirados por decisiones administrativas de ciertos
órganos federales, se muestran frágiles, han llegado a la
conclusión de que lo mejor no es sugerir reflexiones o ideas, sino
expedir certificados de mala conducta. Incluso con estas reglas,
exhiben debilidad. Pérez salió al paso de la vida
de los otros, advirtiendo
que la existencia en la historia reciente de cierto discurso
compartido no le obliga a conocer y asumir la vida privada y
profesional de los demás. Hacerle responsable a él de los desmanes
de los consejeros de IU con la tarjeta black
de Caja Madrid, es como responsabilizar a Pepa Bueno de la buena
o mala vida de
alguna persona amiga o compañera profesional.
No.
El problema, como bien precisó Pérez, tiene
naturaleza política,
algo que a Pepa Bueno le incomodaba, porque ella tenía delante a
Pérez, no para preguntarle sino para juzgarle. Con el manual bien
servido por la resolución federal y por unos cuantos dirigentes de
una IU de telemática y escaparate, Pepa Bueno perseguía la dimisión
como bálsamo de
fierabrás ante una
situación de escándalos y corrupción, a los que Pérez es ajeno.
Conviene recordar, y esto debería saberlo la entrevistadora, que
Ángel Pérez hace 14 años que no
es coordinador de
IUCM y otros tantos que no
forma parte de
órgano de dirección alguno. Igualmente, Pérez anunció hace ya
casi un año que no
repetiría como
candidato a las elecciones municipales.
Por
eso, lo que realmente molesta en ciertos ámbitos de IU federal, no
es la deseada e imposible demostración de complicidad con lo
ocurrido en Caja Madrid de Ángel Pérez, sino
una forma de entender la política, la organización e Izquierda
Unida, que compartimos muchos en la federación de Madrid.
A Pérez como a nosotros nos es ajena cierta versión comercial
y populista de la
militancia política, dispuesta a sacrificar ideas por tertulias. Nos
gusta converger, dialogar, contrastar, debatir, participar, sumar y
unir a gentes de izquierdas en proyectos políticos y electorales. La
historia de IU es la historia de la convergencia. Pero estamos
hablando de la historia de IU. Quizás algunos estén pensando en
escribir la historia de ¿?
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