Estuvo a
punto de ser coordinador de IU a propuesta de los que hoy son IAb,
siempre circuló por el centro del equilibrio institucional balear,
se fue por la puerta de atrás de la formación de Gaspar Llamazares,
recibió los parabienes de palacio, impulsó el espacio común de
unos pocos y se ha convertido en el gran valedor de las decisiones
del grupo dirigente de IU. Siempre que puede, arremete contra el
movimiento sindical y no duda en improvisar opinión sobre aquello
que desconoce.
Ahora
Grosske reclama silencio ante exclusiones y malas artes, y pide apoyo
resignado e incondicional para la candidatura de IU a las europeas.
Es el portavoz perfecto del disparate. Cumple con entusiasmo la
función esencial del adulador que, en palabras del escritor
británico Keith Chestertón, consiste en alabar
a las personas por las cualidades que no tienen. En
su afán por agradar, echa mano de la retórica desfasada del “bien
supremo”, y con frecuencia se mete en casa
ajena.
Hace unos
días, coincidiendo con las declaraciones del coordinador general deIzquierda Unida de la Comunidad de Madrid (IUCM), Eddy Sánchez, que
criticó con dureza la exclusión de esta federación –la segunda
más importante del país- de la candidatura europea de IU “por un
ejercicio intolerable de deslealtad y desprecio a la democracia”,
Grosske irrumpió en escena para expresar su estupor por tanta
crítica cuando deberíamos estar volcados en apoyo a la
extraordinaria candidatura europea de IU,
crisol de todas las luchas y movimientos sociales.
Cuanto exceso.
La propia
resolución aprobada por IUCM anuncia que trabajará con todos los
recursos a su alcance para lograr el mejor resultado posible para IU
en las elecciones europeas. Pero ¿qué tiene que ver esto con el
legítimo derecho a denunciar la exclusión de Madrid de la
candidatura europea? ¿Nos estará pidiendo Grosske adhesión y voto
de silencio? No parece necesaria tanta adulación. Quizás, debiera
despertar del sueño del halago, y tocar tierra con las manos.
En Madrid
seremos muchas las personas de IUCM que pelearemos por un buen
resultado en las europeas. Aquí la herramienta de la adulación de
sus compañeras/os comunes ha sido sustituida por el exabrupto, pero
no nos rendimos. Buscaremos el consenso interno con el mismo empeño
que allende los mares nos reclaman desmesura en el elogio a la lista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario